Las aves, por norma general, son seres frioleros. Sus plumas y las rugosidades de sus patas sirven para protegerlas.

El problema viene cuando el invierno se acerca: bajan las temperaturas, comienzan las lluvias, las nieves y el granizo. Para evitar que esto afecte a tus aves, recomendamos seguir unas pautas para ayudarlas a encontrarse mejor en esta época del año.

Sigue leyendo toda la información que dejaremos por aquí que será de gran utilidad para los amantes de las aves:

En primer lugar, debes observar a tu ave. Si es la primera vez que tratas con una, debes considerar que cuando tienen frío, suelen ahuecar sus plumas, reducen su actividad metabólica y se aletargan.

Es muy importante también que sus necesidades estén perfectamente cubiertas. Existen comederos que aíslan muy bien la humedad, intenta mantenerlo siempre con alimentos que les aporten energía, con dietas ricas en grasas y calorías.

En cuanto al agua, ésta debe mantenerse siempre fresca, y observa que no esté helada, para que tu ave se mantenga hidratada. 

En invierno, recomendamos cuidar especialmente las jaulas de tus pájaros. Puedes techarlas, cubrirlas total o parcialmente o hacerte con uno de nuestros voladeros para interior, que incluyen ruedas para que puedas desplazarlo al lugar más conveniente.

Si optas por cubrir la jaula, ten en cuenta que la luz y el oxígeno deben entrar para que tu ave viva en buenas condiciones.

En contra de lo que muchos piensan, la calefacción puede traer problemas a tu ave, ya que causa resequedad en sus ojos y en las vías respiratorias. Por este motivo aconsejamos que, si decides introducir a tu pájaro dentro de casa, coloques un humidificador junto a su jaula. Será una forma perfecta para que se adapte a tu hogar.

¡Tus aves te agradecerán que pongas en práctica todos estos consejos!